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Las golas

Las “golas” son canales con compuertas que se utilizan para la inundación/desagüe de los arrozales, según se cierren o abran éstas. Este trabajo lo realiza la Comunidad de Desagüe de la Albufera.

Existen tres “golas”, de norte a sur, la del Pujol (junto a los conocidos embarcaderos donde se disfrutan los atardeceres tan fotografiados), y las de El Perellonet y de El Perelló (localidades turísticas de la zona, antiguos y pequeños puertos pesqueros).
De Albufera

Compuertas del Perello. Detalle de una de las compuertas de El Perelló desde la pasarela: Nikon D70, f/11, 1/500 seg., Nikkor 70-300 a 170 mm.

De Albufera

Puerto de El Perelló en la “gola” y desde la pasarela: Nikon D70 f/10, 1/800 seg., Nikkor 28-80 a 28 mm. El degradado del cielo añadido con Photoshop.

El agua llega hasta la Albufera a través de una gran multitud de acequias y barrancos. También hace unos años lo hacía a través de los ojos o “ullals”, unos manantiales que existen en el fondo del lago. En la actualidad estos “ullals” practicamente no aportan agua, al estar casi tapados por los sedimentos del fondo. Nada más existen algunos en la marjal, la zona de arrozales y se están intentando recuperar todos.

Hay que tener en cuenta que la Albufera no es como un rio, no hay movimiento de agua, por lo que el agua que llega al lago, que habitualmente lleva productos quimicos, abonos, etc., queda practicamente estancada, dejando estos sedimentos en el fondo, en la zona se conoce como “tarquim” una especie de lodo oscuro.

De Albufera
Compuertas de El Perellonet. Detalle de las compuertas de El Perellonet, desde la carretera nacional. Al fondo la “gola” desembocando al mar: Nikon D70, f/10, 1/1250 seg., Nikkor 70-300 a 70 mm.
De Albufera
Las compuertas de El Perellonet desde la “gola”: Nikon D70, f/10 , 1/640 seg., Nikkor 70-300 a 70 mm.

Las “golas” o canales, son los encargados, gracias a sus compuertas, de elevar el nivel del agua en la Albufera, “desbordando” sus límites junto a la marjal e inundando los campos más cercanos o “tancats”. Este cierre de compuertas, junto con los trabajos de los motores, hacen que se inunden entre 16 y 18.000 hectáreas de arrozal.

De Albufera
Canal del Pujol. Compuertas de El Pujol desde el sendero de la ruta de la “gola”: Nikon D70, f/10, 1/800 seg., Nikkor 28-80 a 28 mm.
De Albufera
Vista de las compuertas de El Pujol desde la orilla de la “gola”: Nikon D70, f/8, 1/800 seg., Nikkor 70-300 a 70 mm.

El aprovechamiento del agua en los arrozales es máximo. Todos conocemos la escasez de agua en la zona. El agua que se utiliza para inundar los arrozales es agua tratada en alguna de las depuradoras de la zona. Cuando se vacian los arrozales, con ayuda de los motores, esta agua vuelve a las acequias, aprovechándose, en algunos casos, para el riego de otras explotaciones, o va directamente a la Albufera.

El ritmo de entrada/salida de agua es el siguiente:

A finales de abril y principios de mayo, se cierran las compuertas y se inundan los arrozales, ayudandose de los motores. Se trabaja la tierra y se siembra el arroz. Durante el mes de junio se vacian ligeramente los campos, abriendo las compuertas de las “golas” y utilizando los motores. Se aprovecha para volver a abonar. Queda el agua hasta finales de agosto principios de septiembre, momento en que se comienza a vaciar el agua para preparar la siega del arroz. Justo a principios de noviembre se vuelve a inundar la marjal, llegando a elevar el nivel del agua unos 50 cm. A esta acción se la conoce como “perellonà”. A partir del 1 de enero vuelven a abrirse las compuertas para el vaciado de los arrozales. En febrero y marzo se llega al vaciado completo con la ayuda de los motores. Comienza la época de la desecación, momento que se aprovecha para trabajar la tierra y dejarla lista para la nueva inundación.

Y vuelta a empezar…

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